lunes, 6 de febrero de 2012

Noche a vapor



S. toma la cerveza a traguitos cortos, va girando el vaso sobre sus labios y la espuma le queda de bigote. A mí el calor me lleva a las zancadas, tomo a grandes tragos y enseguida me hace efecto. La humedad se pega a la piel como una mayonesa, es tanto el sofoco que las dos nos abanicamos con la mano.

—Traé una revista—me dice—me muero.

Adentro juegan al naipe. Saco dos revistas de debajo de la mesa del televisor, ambas con la cara desnaturalizada de Ricardo Fort. Una de las setentañeras me dice que le pase otra y empieza a abanicarse, a pesar de que hay ventilador y de que éste está enfocado prácticamente para su lado.

—Todo sale a pedir de boca según Horangel—dice S. con el libro abierto—, mirá desde el tres de abril tenés una etapa divina.

Vi la etapa, me pregunto a qué esperar tantos milagros, pero si ese planeta está en Géminis, y bueno, qué se le va a hacer, que esté. Me cuesta convencerme aunque haya comprado el libro exclusivamente para eso, lo vi al tipo en Crónica describiendo en un organigrama las ventajas y desventajas que trae el año a los diferentes nativos. Como mi signo parecía especialmente bendecido decidí comprar el volumen para sugestionarme, no hay nada mejor que creerse lo que dice ahí para hacerlo suceder. Algo de eso pasa con las características distintivas de los signos, la gente se las aprende desde chica, sin darse cuenta.

—Me sale que no confíe en las personas, N.—se admira S., que anda siempre ayudando a todo el mundo y metiéndose en problemas—. ¡Me sale que no confíe!

—Viste—le digo—, los astros saben bien quién sos.

Se echa a reir mientras se empina lo que queda en su vaso. El calor se pone peor y las nubes cubren las estrellas. Un borracho pasa en una bicicleta, pasa y repasa, y vuelve a pasar, a mano y a contramano.

—Uh, qué sujeto—dice S., y, dirigiéndose a él—: ¿De qué signo sos vos, che?

El borracho le dice que Aries, desde que nació que es Aries y no lo piensa cambiar. S. toma el oráculo astrológico y va al signo anunciado, busca el almanaque predictivo y lee la línea que corresponde a la fecha de hoy.

—Mañana contradictoria. Tarde de desencuentros y disgustos con el sexo opuesto. Conserve la calma y, por la noche, evite el alcohol.

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