martes, 6 de marzo de 2012

Decepción

Hasta donde me llegue el brazo
trataré de salvar las pocas manzanas
que se estrellan francas en la tierra.
Juro por Dios que quise creer en el viento
sólo por escuchar su silbido
y en la lluvia
sólo por el olor que la anticipa.
Al Diablo mejor le juro
que más sabe por viejo y zorro
y que es más probable que exista
que te has puesto el chaleco de Neso
justo cuando más te quiero
y yo no te lo he dado.


2 comentarios:

  1. Cuando las cosas no salen como uno las espera, siempre dan ganas de darse vuelta, irse u olvidarse para poder, tal vez, volver a pensarlo. O no...

    Saludos

    J.

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    Respuestas
    1. A veces se puede dar la vuelta, es verdad... Otras veces, no, uno se queda estaqueado en la zona de enfrentamiento!

      Beso, José, gracias por tu comentario

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